del susurro de tu voz en mis oídos
de esa voz que emite los “te amo”
y del temblor de tu piel junto a la mía.
ni el tibio aliento del roce de tus labios,
o tu gemir cuando abrazas mi cintura
ni el calor cuando en tus brazos me recluyo.
e insuficiente la ansiedad que me procuras
no me sacian los besos de tu boca
ni el silencio callado de tus horas.
y tu piel se obstine con la mía
que sutil penetres en mis sueños
y en penumbra me dejes tus aromas.
de tu intima piel, suave y elocuente,
del nacer y morir en tus delirios
y de ese súbito abrazo que me arquea.